martes, 1 de diciembre de 2009

Las Vegas - Santa Mónica

Día 22

20/8/09

Que sueño por la mañana !!!!

Dejamos la ciudad del vicio y del juego, para cambiarla por las playas de Santa Mónica. De camino y según nos íbamos llegando a Los Angeles, el tráfico se hacía mucho peor y más denso. Las autovías pasan a ser de 6 carriles donde todos los coches y camiones se cruzan sin avisar y a toda velocidad, me río yo de la M40 ...

El albergue en el cual nos íbamos a alojar, estaba más escondido de lo que pensábamos y durante 1 hora y media estuvimos buscándolo, hasta que incluso nos pasamos de St.Mónica y llegamos a Malibú. Al final y después de prepararla varias veces en la carretera, haciendo alguna que otra burrada debido a nuestra pérdida de horientación, encontramos la entrada hacia la zona y el albergue.

Después de hacer el check-in, dejar las cosas en la habitación común para los ocho y ponernos el bañador para intentar probar el agua del Pacífico, aparecieron los padres y tíos de Jorge y Tamara en la recepción. Estuvimos charlando un rato, nos estuvieron contando cosas sobre Yosemite, y nosotros dándole las nuestras sobre otros lugares.

Imagen de nuestra habitación del Hosteling, el desorden es considerable. Angela y Cristian, cada uno a lo suyo.


El baño se tuvo que quedar para otro día, porque en este lugar cuando las olas son de más de metro y medio de alto, sacan la bandera roja y prohiben bañarse en toda la playa. Incluso si eres un valiente y te metes, un coche de los guardacostas, varios policias a caballo o un helicoptero aparecen de repente para hacerte cambiar de idea de inmediato. Así que cambiamos el baño por un paseo por el Pier de St Mónica, donde hicimos alguna compra más, en este caso en la tienda de Bubba Gump.

Esta fue nuestra primera visión del Océano Indico, el muelle de Santa Mónica y muchísimos coches aparcados.


Como aquí el frío empieza a apretar cuando el Sol se pone, nos volvimos al albergue a preparar la colada semanal y luego a cenar a un local donde aparte de la hamburguesa ( que raro...) tenian unas mini máquinas de música en cada mesa, donde por 5 centávos se podía escoger la canción que querías escuchar.

Aquí se empieza a ver mucha gente pobre por la noche, sobre todo de raza negra, con muchos carros llenos de ropa, trastos, etc. La diferencia de clases sociales es mucho más apreciable aquí que en cualquier otro sitio donde hemos estado, mucho más incluso que en Manhattan.

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